| | | |
| Viernes 19 de octubre de 2012 |
| La Cuadratura del Mundo |
| Sólo para personas no impresionables |
 |
Escribe Claudio Alberto Ricciuti |
Kafka nos ofrece en su obra, La Metamorfosis, una terrible fábula de la incomunicación humana que nos ayuda a comprender ciertas cosas que nos suceden.
«Al despertar Gregorio Samsa una mañana tras un sueño intranquilo, encontrose en su cama convertido en un monstruoso insecto. Hallábase echado sobre el duro caparazón de su espalda, y al alzar un poco la cabeza, vio la figura convexa de su vientre oscuro, surcado por curvadas callosidades. Innumerables patas, lamentablemente escuálidas en comparación con el grosor ordinario de sus piernas, ofrecían a sus ojos el espectáculo de una agitación sin consistencia». Así comienza "La Metamorfosis", uno de los relatos más famosos de Kafka. (*)
En marzo de 2008, Fabiana Ríos brindó su primer discurso adelantando el impulso de una nueva ley de educación, el des arancelamiento hospitalario y el fortalecimiento de la Atención Primaría de la Salud. Anticipó la creación de un Departamento de Delitos Económicos y la implementación de Auditorías Sociales para el control de la ejecución de los fondos públicos en obras y servicios.
No hubo en aquel discurso, definiciones respecto de la emergencia habitacional ni habló sobre la redefinición de roles entre la Provincia y los Municipios.
Dedicó buena parte de su alocución a la herencia recibida, denunciando que "el caótico gobierno saliente nos montó un jaque mate para complicar nuestra gestión", y asegurando -a 75 días de comenzar su gobierno- "estamos saliendo de esa siniestra jugada con inteligencia, sin ajustes ni cesantías masivas..." y que "contra toda mirada agorera o nostálgica de épocas de corrupción, este barco empezó a navegar y no hemos cambiado ninguno de los principios que sustentan el rumbo trazado". A este "desorden sin precedentes" dijo la gobernadora, se le sumaba "la emisión irresponsable de Letras de Tesorería emitidas la última semana hábil de la gestión saliente, las que deliberadamente comprometieron recursos provinciales hasta el mes de octubre del corriente año" y el uso de más de 64 millones de pesos de "fondos de afectación específica" para pagar salarios y para "disfrazar el enorme déficit operativo, que ellos mismos generaron con manejos irregulares de los fondos públicos", los que "deberán ser repuestos con el esfuerzo adicional de toda la sociedad".
En los albores de su gestión, la gobernadora planteaba una profunda reforma del Estado sustentada en su "modernización y transparencia", haciéndolo más eficiente mediante la capacitación, el reordenamiento de las cuentas públicas y la reconstrucción de un sistema de control interno y externo con participación social y una activa política en materia de aprovechamiento sustentable de los recursos naturales.
Impulsó y logró la modificación parcial de la ley tributaria y una moratoria fiscal, reclamando el tratamiento de la ley de "recuperación de la legalidad de las cuentas provinciales y el régimen de responsabilidad fiscal" que contemplaba un régimen de retiro voluntario; la suspensión voluntaria de prestaciones para los agentes públicos; la desafectación de determinados fondos específicos; la emisión de títulos públicos a 8 años para afrontar el pago de la deuda consolidada, Letras de Tesorería por hasta 50 millones de pesos, y la prohibición de liquidar haberes que superaran la retribución del gobernador.
En referencia a las medidas para corregir las irregularidades detectadas, la mandataria fueguina dijo que, más allá de las denuncias penales presentadas, había dispuesto la prohibición de la cobertura de vacantes de planta permanente, a excepción de los cargos profesionales vacantes por jubilaciones o bajas en el área de Salud, y la revisión de los expedientes de ingresos a la Administración Pública "realizados en el último año por fuera de lo establecido" en las leyes del Megapase I y II.
Aseguró una "efectiva reducción de los cargos políticos" ya que de "los 264 cargos políticos a enero de 2007" se había pasado, en enero de 2008 a 156 cargos. También formuló una referencia al decreto que estableció el mecanismo de distribución de la publicidad oficial, y anticipando la presentación de un proyecto de ley en la materia y señaló "somos la primera Provincia en el país cuyo gobierno se autorreguló en materia de disposición de pautas de propaganda oficial" cuyo objeto era "brindar esta señal a la sociedad y a los medios de prensa, en lo que tiene que ver con el reconocimiento del derecho de estar informado, a la obligación del Estado de informar y a los medios de comunicación de expresarse con libertad sin extorsiones y con previsibilidad".
Todo permanece en el misterio
Al igual que los sufridos protagonistas de Kafka, los habitantes de esta tierra incógnita ignoramos las leyes que rigen los laberintos creados por la imaginación de aquellos sujetos a los que les conferimos el mandato de gobernar.
Terminado su primer mandato y a poco de cumplir el primer año del segundo, la gestión Ríos prevé cerrar el año con un déficit de 600 millones de pesos y apenas puede ofrecer precarios servicios de salud, una educación que se arrastra con pereza hacia un destino no definido, la sombra de la sospecha señalando posibles actos de corrupción, el pago millonario de las letras que otrora cuestionaba, el uso de fondos específicos para enfrentar el pago de salarios que antes denunciaba, un cuestionado contrato –el de mayor monto en la historia de la provincia- mediante el cual comprometió al Estado por 25 años para la venta de gas a un precio que se evidencia al menos como poco razonable y que vio la luz tras una mecánica de dudosa transparencia, acudiendo al impulso de normas inconstitucionales y que a la fecha muestra incumplimientos por parte de la empresa que son avalados desde el gobierno con prórrogas indefinidas.
El balance muestra retenciones no depositadas al órgano de previsión y millonarios atrasos en las transferencias de los fondos de coparticipación a los municipios, que años atrás, y por un importe varias veces menor, sirvió de fundamento para destituir a un gobernador con el apoyo de su partido.
Sus críticas referidas al mega pase se desdibujaron con la incorporación al Estado de una cifra similar a la que ella cuestionaba y la abultada planta política que hoy dice necesitar para administrar el conflicto.
Algunas de sus pomposas denuncias penales merecieron el revés judicial y con ello la exposición al Estado al pago de sumas millonarias en concepto de costas e intereses por mora en los pagos a proveedores.
Con un travestido fino equilibrio financiero que día a día evoluciona a un grueso desequilibrio, aquella bandera que enarbolaba Ríos, en torno al tope constitucional de las remuneraciones, fue rotundamente modificada quintuplicando groseramente su sueldo.
Tampoco pudo ver la luz aquella pretensión anunciada en torno a la publicidad oficial. Muchas conductas e imágenes se reiteran. La peor fue la represión a los trabajadores en el día de la municipalización de Tolhuin.
Parafraseando a las mujeres, podríamos decir que todos los gobernantes son iguales. Ríos no pudo, hasta ahora, marcar el cambio. En otra oportunidad analizaremos las razones.
El protagonista sucumbe y los demás contemplan optimistas el futuro
En la fábula de Kafka, lo absurdo no es el mundo que rodea al protagonista, no es un “proceso” externo el que lo agobia, sino una transformación de él mismo. Mientras el mundo sigue firme en sus detalles cotidianos, él se ha convertido en un escarabajo. Al igual que los gobernantes en el momento de asumir su cargo, el protagonista de la novela de Kafka era un trabajador modelo, respetuoso, sometido a la disciplina aburrida del trabajo. Luego, la transformación quiebra esta línea recta y, expulsado del trabajo y de la familia, arrojado entre desperdicios al interior de su cuarto, aislado y atacado, víctima del horror, el asco y el desprecio, muere asumiendo su misteriosa culpabilidad, derrotado, “firmemente convencido de que tenía que desaparecer”. Tras su muerte la familia sale alegremente a la calle y renueva sus esperanzas de un futuro mejor...
El lector de Kafka, al igual que su protagonista escarabajo y al igual que nosotros, aquellos que les conferimos a nuestros gobernantes el mandato de gobernar, nos preguntamos: ¿Qué ha sucedido? ¿Qué significa esta historia? ¿Es la transformación el signo terrible de una cara oculta de la vida humana que irrumpe de improviso? O, en una vía menos maravillosa, ¿es el escarabajo un símbolo del miembro social inasimilable, el enfermo del que la familia quiere librarse, el marginado que molesta, el repudiado indeseable?, ¿el mal gobernante que asumió mintiendo?
En la realidad es al revés de lo que parece
El relato de Kafka (y el mío) encierra muchas lecturas posibles, pero tal vez una resulte la más verosímil: La metamorfosis del mandatario no es, como parece en una primera mirada, la causa de su desgracia. Es, por el contrario, el efecto simbólico de su propia vida cotidiana.
El escarabajo de Kafka “no se hacía comprender de nadie”, pero cuando era el hombre tampoco. No tiene a nadie a quien comprender, nadie que le comprenda. Tal vez el personaje sea un insecto (un excluido de la relación humana) antes de su metamorfosis y el absurdo suceso sirva para hacer emerger, al fin, la conciencia de esa inhumanidad.
Lo que nos puede pasar por ser poco humanos
Las esperanzas de la familia con las que termina el relato de Kafka se manifiestan como una ilusión falsa, pues no dependen, como ellos creen, de la muerte del escarabajo, el indeseable odiado. Mientras persista ese mundo de soledad y de incomunicación, de inhumanidad y brutal egoísmo, incluso las “sanas intenciones” de sus parientes correrán el peligro de truncarse por una serie de nuevas posibles metamorfosis. Como el desdichado personaje –y esta es la lección moral más profunda de la fábula– todos los demás pueden (podemos) despertar una mañana, después de un sueño intranquilo, y abrir con asombro los ojos, convertidos en monstruosos insectos, escarabajos de crepitante caparazón, enormes grillotalpas o repulsivas escolopendras...
Cuando se dice la verdad, la voz más suave deja mudo a un ejército.
Algo no hemos hecho bien.
(*)Escritor checo en lengua alemana -Praga, 1883 - Kierling, Austria, 1924-
|
| |
|
|
Argentina 