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Edición Nº 8,832
Jueves 28 de marzo de 2024
Viernes 29 de marzo de 2024 - Río Grande, Tierra del Fuego - Argentina

   
30-03-2017
Columna de Opinión - Por Fabio Seleme (*)
La penosa hermandad
La penosa hermandad
La penosa hermandad.
La penosa hermandad.
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El 2 de abril del año 2014 se hermanó a nuestra Río Grande (la ciudad argentina más cercana a Malvinas) con Algeciras (la ciudad española lindante con el Peñón de Gibraltar) equiparando así los reclamos de soberanía por Malvinas y por Gibraltar, debido al hecho (supongo) de que ambos reclamos se realizan ante el mismo tercer país: el Reino Unido. Una plazoleta con monolito sobre calle Güemes honra aquella temeridad.
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Lo cierto es que con aquel inédito acto de “política internacional” de nuestra municipalidad se generó para los riograndenses una obligación a futuro: alguien, algún día, tendrá que romper esta penosa hermandad.
Porque homologar el reclamo de Malvinas con el de Gibraltar, y a Río Grande con Algeciras, supone como mínimo, desconocimiento. Constituye un desatino conceptual irrespetuoso, degrada la posición argentina por la asimetría de la relación construida y carece de algún valor estratégico.
Curiosamente, la primera gran diferencia entre el caso Malvinas y el del Peñón la expresó, para la misma época del hermanamiento en cuestión, la diplomacia británica, que para desestimar la posibilidad de un reclamo conjunto de España con Argentina, dijo en un comunicado: “No es comparable Malvinas y Gibraltar. Allá murieron soldados”.
Obvio. Ningún español ha muerto por Gibraltar y muchos argentinos, a los que todavía sus familias extrañan, murieron por Malvinas. Otros tantos combatieron sintiendo frío, miedo y hambre. De más está decir, entonces, que ningún español siente por Gibraltar, ni remotamente, lo que todo argentino siente por Malvinas. Preguntémonos, por ejemplo, cuántas vigilias se han llevado a cabo en Algeciras por Gibraltar como en Río Grande por Malvinas. Sucede que Gibraltar no es una causa nacional española y Malvinas sí es una causa nacional argentina.
Pero es mucho más que una razón emotiva lo que diferencia el reclamo español del argentino. Por caso, España “cedió a perpetuidad” el Peñón de Gibraltar al Reino Unido en el tratado de Utrecht que puso fin a la guerra de sucesión española en el año 1713. España “cedió” Gibraltar al Reino Unido, en un gesto de voluntaria subordinación, en uno de sus peores momentos de decadencia. Lo hizo a través de la firma un tratado internacional luego de una negociación. ¿Qué sentido tiene entonces colocar a la causa de Malvinas al lado de un acto de entrega liso y llano? La situación de Malvinas resulta inequívocamente diferente.
Argentina hizo posesión efectiva de las islas en 1820 y luego éstas fueron usurpadas en 1833 por el Reino Unido. Argentina jamás reconoció en tratado internacional alguno que cedía las islas. Todo lo contrario, sostuvo el reclamo y la denuncia a lo largo del tiempo. Por otro lado, resulta bastante difícil ver coherencia y autoridad moral en España para reclamar la descolonización de Gibraltar, cuando España misma mantiene colonias en el norte de África. Nos referimos a Ceuta y Melilla que son dos enclaves coloniales españoles que violentan la integridad territorial de Marruecos, justo en la orilla de enfrente del Peñón de Gibraltar. Marruecos sostiene contra España un reclamo de soberanía por esas dos ciudades. Y en verdad la reivindicación de soberanía marroquí por Ceuta y Melilla es muchos más similar a la reivindicación argentina por Malvinas que la española por Gibraltar.
¿Qué significa asociar Malvinas a Gibraltar, entonces? Significa unir un reclamo claro y legítimo desde el punto de vista del derecho internacional como el de Malvinas a un reclamo confuso, teñido de entrega, vergüenza y sumisión como el de Gibraltar. Significa reclamar contra “algo”, junto a alguien que realiza ese mismo “algo”. Es, sin más, reclamar contra el colonialismo al lado de un Reino que practica en la actualidad ese mismo colonialismo. Significa confiar con espíritu “cipayo” en que el hecho de unir nuestra causa al reclamo de un país “casi europeo” nos sumará de por sí algo. Significa brindarles la legitimidad de nuestro reclamo a un reclamo ajeno que no lo tiene.
Significa entregarles el sentimiento de nuestro reclamo a un reclamo ajeno que tampoco lo tiene. Es por esto que creemos que un día alguien deberá romper este hermanamiento como gesto de conciencia histórica y porque degrada a la ciudad de Río Grande como custodia de la causa Malvinas, pero sobre todo porque ofende a los que entregaron su vida y a quienes la arriesgaron en las Islas por la Patria y por nosotros.
(*) Secretario de Cultura y Extensión de la UTN
 

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