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Edición Nº 8,832
Jueves 28 de marzo de 2024
Jueves 28 de marzo de 2024 - Río Grande, Tierra del Fuego - Argentina

   
25-08-2016
Aero-Turismo Antártico: A fines del S-XX, Cancillería lo había abortado - Por Alejandro Bertotto (*)
¿Quince años no es nada?
¿Quince años no es nada?
Alejandro Bertotto.
Hace más de quince años, allá por el año 1999, la Provincia de Tierra del Fuego, en la persona de la Dirección Provincial de Antártida, entre sus misiones y funciones tenía la de estimular y asesorar a empresas de turismo a generar nuevos productos de turismo antártico, incorporando el medio aéreo al ya tradicional turismo marítimo, lo que llegó a producirse a modo de “prueba piloto”, entre empresas de turismo europeas asociadas con locales y empleando aviones C-130, de la FAA, arrendados a LADE y operando aquí y en Base Marambio.
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En las últimas semanas vemos como tibiamente se comienza a conocer que el gobierno de Macri estaría dispuesto a iniciar vuelos con fines turístico-ambientales al continente blanco, utilizando sus propios aviones e instalaciones antárticas, esto, con anuncios como: “Se realizarán vuelos turísticos a la Base Marambio. Se preparan aviones y equipamiento para este desarrollo turístico en la Antártida. En el Ministerio de Defensa evalúan alternativas para ofrecer vuelos a partir de enero del año 2018; el objetivo es concientizar a la gente sobre la preservación del ambiente”.
Aquella experiencia primaria del ´99, que hoy reaparece como novedosa, fue abruptamente discontinuada por el entonces canciller Rodríguez Llavarini, quién a instancias del Director Nacional del momento, Molinari, presionó al gobernador de TDF, Carlos Manfredotti –abusando de su evidente y supina ignorancia y su vibrante espíritu servil hacia el poder central- (quedó para la historia fueguina aquella anécdota en la que en su discurso del 2 de abril, nos hablaba enfáticamente de las “Islas Sánguches del Sur”), no continúe apoyando desde la provincia, iniciativas aéreas hacia la Antártida, habida cuenta que los Administradores del Programa Antártico Australiano habían hecho llegar a la DNA (Molinari) su malestar por afectar los intereses de empresarios de aquel país, quienes tenían sus negocios armados utilizando el aeropuerto de Punta Arenas (Ch) y Base Frei y otras, bajo la administración del Instituto Antártico Chileno. Resultado, el gobernador Manfredotti desactivó la Dirección de Antártida de TDF, quitando del cargo a su director y condenó de esta forma a la Tierra del Fuego a perder toda injerencia real en la actividad antártica, reducida desde entonces al mantenimiento de la escuela provincial 38, contar los buques que pasan por Ushuaia rumbo al continente blanco y poco más, más bien, bastante menos. Se acababa para TDF la participación en las reuniones internacionales específicas, las permanentes operaciones de los HC-130 de la FAA en el aeropuerto AIUMA, hacia y desde Marambio, las rutinarias visitas de autoridades y fuerzas vivas locales a las bases antárticas nacionales, por modo aéreo y naval, la pérdida de la realización de los Cursos de Adaptación a la Convivencia Antártica protagonizada, por entonces, por las familias que invernarían en las dotaciones de la Base Esperanza y, el abandono del Proyecto que junto al BID (Banco Interamericano de Desarrollo), habían financiado para la instalación en la capital fueguina de un Sistema de Logística Antártica Internacional, destinado a brindar servicios específicamente antárticos al concierto del Tratado Antártico.
No es de asombrarse en nuestro país que la pequeñez mental de algún o algunos dirigentes impidan el desarrollo de una comunidad en temas que le son naturalmente propicios y muy acertados, objetivos para los cuales cuentan con fortalezas y oportunidades. Tanto es así que aquel proyecto de TDF con el BID de 1998, duerme hasta hoy, “el sueño de los justos”, sin haberse avanzado concretamente en aquel sentido, ni en ningún otro.
Paralelamente al proyecto del SLA, en Ushuaia, también se diseñaron en aquellos años una importante variedad de proyectos destinados a concretizar en hechos las bases para el desarrollo económico provincial a través, entre otras, de la alternativa de presentar las cualidades del único Puerto de Aguas Profundas de la Patagonia Argentina, y su conexión con el AIUMA, como Puerta de Entrada a la Antártida. Entre ellos se destacaban la generación de la Flota Polar Argentina; el estímulo de generar desde Ushuaia la capacidad de prestaciones de transporte marítimo hacia Antártida y Malvinas; la instrumentación junto al IAA, DNA, países sudamericanos y otros de Estaciones de Monitoreo ambiental principalmente en Bases Argentinas temporarias; la instalación de un Centro de Distribución Logística en territorio antártico (Petrel); y, el que hoy nos ocupa, para favorecer el turismo ambiental aprovechando la cercanía de nuestro aeropuerto con la zona norte del la península antártica, para la realización de Cursillos de Capacitación Ambiental a desarrollarse en la zona noreste del Weddell (Marambio, Co Nevado, etc.), proyecto del que –por razones de espacio- desarrollaremos en el próximo artículo.

(*) Alejandro Bertotto fue Jefe de la Base Antártica San Martín (1993) y Director Provincial de Antártida (1995/2002).
 

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