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Edición Nº 8,844
Jueves 18 de abril de 2024
Viernes 19 de abril de 2024 - Río Grande, Tierra del Fuego - Argentina

   
17-04-2014
Torturas y droga en la Alcaidía
“Un disparate, irresponsable y sin sentido”, dijo Vernaz
“Un disparate, irresponsable y sin sentido”, dijo Vernaz
El director del Servicio Penitenciario Diego Vernaz negó ayer por Radio Nacional Ushuaia todas las acusaciones que en la jornada previa había vertido el abogado Miguel Febré, durante su alegato en el juicio oral que se sigue contra los tres prófugos de la alcaidía, recapturados en Chile.
El director del Servicio Penitenciario Diego Vernaz negó que se suministren drogas en forma compulsiva a los internos, como también que sean víctimas de tortura. Fue en respuesta al alegato del abogado Miguel Febré en el juicio oral que se desarrolló esta semana, y sus posteriores declaraciones públicas sobre lo que ocurre en el centro de detención de Río Grande. Defiende a José Cancino, uno de los tres prófugos recapturados en Chile.
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Río Grande.- El director del Servicio Penitenciario Diego Vernaz negó ayer por Radio Nacional Ushuaia todas las acusaciones que en la jornada previa había vertido el abogado Miguel Febré, durante su alegato en el juicio oral que se sigue contra los tres prófugos de la alcaidía, recapturados en Chile.
Febré había tildado de “universidad del delito” a la unidad carcelaria, pero también habló de torturas y de consumo forzado de drogas, en particular de psicofármacos que administrarían en altas dosis a los internos para “mantenerlos dopados”.
Para Vernaz estas expresiones obedecen al esfuerzo de Febré por encontrar argumentos que justificaran la fuga, pero estarían lejos de la realidad.
“El abogado lo dijo dentro del marco de una defensa, alegando en defensa de su cliente, que en este caso era uno de los internos que se había profugado. Entiendo que uno, en el ejercicio de la profesión, debe ser prudente y no decir cualquier disparate para lograr un fin”, envió como mensaje al defensor.
Y aseguró que “lo que está diciendo es un disparate. Acá no hay ninguna escuela del delito, no se tortura a nadie. Si él quiere inclinar la balanza para obtener una solución a su defendido, es una cuestión subjetiva y particular de él”, atribuyó, molesto porque “con esa imprudencia y esa liviandad sale a ensuciar un sistema penitenciario que nada tiene que ver con lo que él ha dicho”.

Control judicial

Vernaz aclaró que la prisión privativa de libertad “está supervisada por jueces de ejecución, tanto en zona norte como en zona sur, que están permanentemente controlando la integridad física y la salud de los internos”, interpretando que Febré “con estas declaraciones también está diciendo que los jueces no cumplen con su función. Es un disparate, sin pie ni cabeza”, calificó.

Hacinamiento sí, maltrato no

El director del servicio admitió problemas de infraestructura, pero no en el trato con los internos. “Ushuaia está en deuda en cuanto a una construcción edilicia adecuada. Es una realidad que conocemos todos. Pero no tiene nada que ver con el disparate, sin sentido e irresponsable que ha vertido este profesional”, insistió.
Consultado sobre la prueba que dice tener Febré de esta administración de fármacos en altas dosis, lesiones que probarían las torturas, entre otras imputaciones, el funcionario aseguró que “nosotros con respecto a eso no tenemos nada. Todos los internos o las personas que están en libertad tienen el acceso directo a la fiscalía para hacer la denuncia. Nadie está coartado en su derecho a hacer una denuncia si entiende que ha sido víctima de un delito, y las personas privadas de la libertad no están lejos de esto”, subrayó.
En caso de darse alguna irregularidad, dio cuenta de la posibilidad de los detenidos o sus familiares de recurrir a la justicia. “Acá hay operadores jurídicos, defensores públicos, fiscales, todo el sistema judicial interviene en la supervisión y control. En caso de alguna irregularidad, el servicio es el primero que va a poner a disposición de la justicia el hecho o la documentación necesaria”, garantizó.
Insistió en la “irresponsabilidad” de parte de Febré, al “verter comentarios sin sentido o para ensuciar una institución, porque está haciendo su trabajo. Es una cosa totalmente irresponsable, más de un profesional del derecho que tiene un rol social”, recordó, pidiéndole “ser serio en ese rol social y no decir cualquier cosa”.

Sin denuncias

Acerca de si el defendido de Febré en algún momento radicó denuncias por torturas o suministro de drogas, Vernaz señaló que “en 2012 yo no era director del servicio y no sé si habrá sucedido alguna situación o se tomó alguna medida con personal penitenciario. A mí no me consta esta situación”, dado que la fuga se produjo antes de su designación.

Exposición pública

Para Vernaz ahora el letrado deberá hacerse cargo de sus expresiones porque “entiendo que el juicio es un debate oral y público, no fue dicho en un contexto privado, en su casa o en un café. Cuando uno vierte un comentario, alega o tiene un discurso, lo escuchan terceras personas, y eso indica que va a trascender socialmente”, observó.
Acerca de la posibilidad de que el Tribunal de juicio inicie medidas a partir de la denuncia del abogado y los testimonios recibidos, Vernaz prefirió por desafiar a Febré a que impulse la investigación: “Si él entiende que eso es así, como conocedor de la ley, que vaya al organismo pertinente, realice la denuncia y aporte toda la prueba que tenga. Hoy al haber dicho eso ya tiene la obligación de hacerlo”, sentenció.

Separados y sancionados

En otro tramo de su alegato, el Dr. Febré dijo que la fuga de su cliente fue “inducida” por este “sistema perverso” y las pocas medidas de seguridad de la alcaidía. En este caso el director del servicio aseguró que la situación se resolvió “hace tiempo”.
“El responsable del lugar fue separado de la fuerza y el resto del personal involucrado fue duramente sancionado, con suspensión sin goce de haberes. El que estaba a cargo fue cesanteado de la fuerza”, informó.
Dio por probado que “el personal que estaba a cargo no hizo lo que tenía que hacer en su momento, ante la novedad de la posibilidad de una fuga” pero “si hubo connivencia no me consta”, señaló de la posible complicidad con los que se fugaron.
“Para eso está el juicio, para determinar la situación”, apuntó llamativamente, porque no se ventila la situación de los guardiacárceles sino la pena que les cabe a los tres recapturados, por la fuga.

Teléfono encontrado

Por otra parte se le preguntó sobre el procedimiento antidroga conocido como “operativo equinoccio”, que se realizó en Río Grande, Ushuaia y Punta Alta, con el secuestro de cocaína, LSD y marihuana.
El Fiscal dio a conocer que había un recluso que manejaba droga desde la cárcel, pero Vernaz relativizó estos hechos. Reconoció que “había un interno detenido, que estaba dentro de una red de distribución de estupefacientes. Puntualmente con respecto a eso hubo una intervención del juzgado federal, con un oficio a Gendarmería. En un momento vinieron a hacer un allanamiento en la celda del interno y el resultado fue negativo. No había nada”, dijo teniendo en cuenta que se buscaba un teléfono celular con el que mantenía conversaciones y operaba con el exterior.
Sin embargo Vernaz agregó que “en una requisa posterior, que hicimos en otro momento, pudimos encontrar un teléfono celular y fue entregado al secretario del juzgado de Río Grande”.
Para el funcionario esta situación no difiere de lo que ocurre en otras cárceles. “A nivel mundial en los sistemas carcelarios siempre hay ingreso de sustancias no autorizadas, para eso existen las requisas, a veces es difícil porque el tamaño es muy pequeño. Una de las personas involucradas era la novia o esposa que venía a visitarlo, tres veces a la semana. El contacto se puede dar a través de esto también y de hecho está involucrada en la causa. Inclusive fue detenida”, dijo de la mujer que, a su criterio, sería a través de la cual operaba el recluso.
“No es que tenía un teléfono en la celda y de ahí lo manejaba. En algún momento sí ingresó ese celular y seguramente habrá hecho alguna llamada. Pero esto pasa, no olvidemos los secuestros virtuales que venían de la unidad de detención”, recordó.
“Si el detenido tiene un teléfono, no lo va a esconder en la celda, sino en un pabellón u otro lugar común, porque si se le encuentra en la celda es pasible de una sanción disciplinaria”, apuntó a fin de explicar por qué no lo encontró gendarmería en su operativo, y sí una requisa interna.
“Lo que quiero decir es que no es que usaba el teléfono libremente y nosotros mirábamos para otro lado”, concluyó Vernaz.

 

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